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¿ESTAMOS DEJANDO DE CONFIAR EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA?

En una sociedad que evoluciona constantemente, cada día es más importante la educación, pero ¿se preocupa realmente esta sociedad en la formación profesional del alumnado?

Está comprobado y evidenciado por multitud de estudios que una buena educación conlleva una mayor rentabilidad de la sociedad tanto a nivel económico como político. En 2018 países como República Checa, Rumanía o Islandia, fueron los mayores inversores de impuestos en educación, enfocándonos a nivel europeo. Por el contrario, países como Turquía tuvieron inversiones negativas, llegando al -15% en la inversión de sus impuestos en educación. Esto muestra el gran desajuste europeo en educación. 

Si comparamos España con otros países europeos, por ejemplo Finlandia, considerado como el mejor sistema occidental de los evaluados por el informe PISA de 2003, observamos una gran diferencia en cuanto a la calidad educativa. Mientras que España solo invierte aproximadamente un 7% de impuestos en educación, Finlandia invierte un 11,75% del gasto público total. Gracias comparación de datos, se hace evidente que una mejor educación es el resultado de una mayor inversión.

Analizando datos a nivel nacional, es importante destacar que en 2018 la comunidad autónoma con mayor inversión en educación es País Vasco, seguido por Murcia y Andalucía, con aproximadamente un 22% de los impuestos. Siendo así un porcentaje bajo para una sociedad tan avanzada y que da tanta importancia a la innovación. Comparando dichos datos con el año 2008, no hay un  notable cambio, dejando así una “década perdida” a la hora de la educación.

Centrándonos en la capital española, Madrid, podemos observar que la cantidad de impuestos destinados a la enseñanza pública, son bastante deficientes respecto a la cantidad de escuelas, institutos y universidades en los que estudian residentes de todas las comunidades autónomas. Tomando la Comunidad de Madrid como modelo referente para muchas otras comunidades.

Tras haber analizado todos estos datos, ¿en qué sector tenemos una peor educación? ¿Están nuestros docentes peor o mejor pagados que en los países de nuestro alrededor? ¿Tenemos más niños por aula qué en otros países? 

 

Dicho todo esto, es fundamental buscar soluciones a todas preguntas para tener un mejor futuro para nuestras próximas generaciones. Algunas de las soluciones que nosotros proponemos son : reducir el número del alumnado en las aulas para proporcionar una mejor educación individual, realizar campañas de donativos anónimas para premiar a buenos docentes motivándolos a ofrecer buenas clases. Por último, proponemos que el alumnado muestre una mejor actitud ante los estudios. 

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